Jaime Balmes

Jaime Luciano Balmes Urpiá. (Barcelona) 1810 – 1848.

Filósofo, teólogo, apologista, historiador, sociólogo y político.
Cuarto de los once hijos del matrimonio Jaime Balmes y Teresa Urpiá, ambos de condición humilde. Desde su infancia destacó por su prodigiosa memoria y afición a la lectura. Reconocido como una de las grandes figuras de la filosofía cristiana española.
No es escolástico, ni tampoco tomista, ni siquiera un precedente de la restauración escolástica de finales del siglo XIX. No obstante, los pensadores españoles posteriores asumieron su actitud de estudio, de ecuanimidad y de diálogo. Autor de numerosas obras de manifiesta inspiración cristiana, de gran éxito en España, que se tradujeron al francés, inglés, italiano y alemán.
Estudió gramática, retórica y filosofía en el Seminario de Vich. Continuó los estudios teológicos en la Universidad de Cervera, en 1826, gracias a que su obispo, Pablo de Jesús Corcuera, le concedió una beca que estaba vacante. Se licenció en Teología en mayo de 1833. En octubre, con veintitrés años, hizo una oposición a una cátedra de Teología en la misma Universidad de Cervera y otra a la canonjía magistral de la catedral de Vich. No las ganó, probablemente debido a su juventud. El 24 de septiembre de 1834 fue ordenado sacerdote en el salón de sínodos del palacio episcopal de Vich. En octubre de ese año, volvió a la Universidad de Cervera para estudiar Derecho Canónico. En el noveno curso académico en la Universidad de Cataluña obtuvo el doctorado en Teología y el grado de bachiller en Cánones. En verano de 1835 regresó a Vich. Hasta 1841 vivió recluido en su ciudad natal, dedicado al estudio y a impartir clases de matemáticas. Fue un período, que se ha llamado de “vida oculta”. Consiguió una cátedra de Matemáticas fundada por la Sociedad de Amigos del País de Barcelona, de la que pudo vivir.
En 1839 comenzó su período de escritor fecundo y de notable éxito. La revista mensual El Madrileño Católico, en su número de diciembre de 1838, convocó un concurso sobre el celibato del clero. Debía responderse a esta pregunta: “El celibato del clero católico, prescindiendo de las leyes canónicas y civiles, solamente desde el punto de vista político, moral y religioso, ¿conduce más al bien de la sociedad que la facultad de casarse que tienen los protestantes?”. Balmes secretamente envió sus “reflexiones”. Ganó el concurso y su memoria fue publicada en el número de la revista de marzo de 1939. Después de la publicación de este extenso artículo, estimulado por la lectura de la Historia general de la civilización de Europa, del historiador y estadista francés François Guizot (1787-1874) de origen protestante y de los últimos acontecimientos políticos en España, como las acciones del ministro de Hacienda, Mendizábal, comenzó su etapa apologética con la publicación de Observaciones sociales, políticas y económicas sobre los bienes del clero, publicado en Vich, a primeros de 1840. El opúsculo, de gran éxito, le dio a conocer en toda España. Al mismo tiempo, por encargo, tradujo del francés el libro Máximas de San Francisco de Sales.

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